domingo, septiembre 11, 2005

Resumen histórico

El siguiente resumen histórico sobre Bello y Reborati ha sido obtenido de las fuentes mencionadas en la bibliografía. Para leer la introducción hecha por el Arq. Mariano Arana existente en la publicación "El caso Bello y Reborati" haga clic aquí

Antecedentes y ubicación espacio-tiempo

Obras realizadas entre 1921 y 1940 en un período histórico de especulación inmobiliaria y recuperación económica. Influencia cultural europea dada por la absorción de inmigrantes de posguerra. Avances tecnológicos, electricidad, automóvil, etc. Aparición del hormigón armado. Auge de la inversión pública y privada en todos los aspectos. Problema en la vivienda popular pero las clases medias podían aspirar a la vivienda propia, al amparo de la ley Serrato de 1921. Bello y Reborati se concentraron fundamentalmente en satisfacer la demanda de vivienda de los sectores de medios y altos recursos aprovechando la financiación existente por el BHU, otros bancos y por particulares.

Estudio sobre zona de Pocitos, Punta Carretas y Trouville

En un folleto de propaganda se mencionan 500 viviendas realizadas entre 1921 y 1936. El 71% de ellas se concentran en Pocitos, Punta Carretas, Parque Rodó y Cordón. El resto está disperso por la ciudad. Predomina la vivienda unifamiliar y excepcionalmente el edificio de apartamentos. Numerosas viviendas del folleto desaparecieron por sustitución tipológica. Por otra parte, numerosas viviendas se preservaron en áreas que se consolidaron en el período de inserción de las mismas, a las cuales los procesos de sustitución tipológica no afectaron. En 1991 la I.M.M promulgó una normativa relativa al área de Punta Carretas, con el propósito de preservar los valores urbanos de la misma.

La zona en estudio era de recreación y veraneo. Terreno con fraccionamiento diverso, sin mínimos en el ancho del predio, quedando a criterio del Agrimensor, en función de los intereses del vendedor y de la demanda.

Mientras que las realizaciones de arquitectos e ingenieros son difundidas a través de la revista “Arquitectura”, órgano oficial de la Sociedad de Arquitectos del Uruguay, la activad empresarial de Bello y Reborati como la de otros constructores era expresamente omitida. En primer lugar, por el hecho de que los realizadores no tenían título habilitante y en segundo lugar, por atribuirles un propósito especulativo a sus actividades inmobiliarias. Es importante hacer notar que las publicaciones de la revista, tenían desde el punto de vista formal y funcional, numerosos aspectos coincidentes con las obras construidas por Bello y Reborati.

Las primeras casas se ubicaban en el amanzanado en lotes de grandes dimensiones pero por la creciente demanda de solares en la faja costera y la especulación inmobiliaria dio lugar a nuevos fraccionamientos en terrenos de menor superficie. Tenían organizaciones similares en 2 o 3 niveles: primer y/o segundo nivel para servicio y espacios de relación mientras que en la planta superior se encontraban los dormitorios, vestidores, cuartos de costura, etc. Se destacan los elementos de circulación centralizada, vestíbulos y escaleras, que articulan la disposición de las diversas habitaciones y locales. Esta distribución difiere de la organización espacial de la casa Standard de la época y se adapta a la incorporación de nuevas instalaciones y elementos de confort, para ser consideradas “modernas”. Se destacan los porches, logias, torres miradores, etc., haciendo referencia a las villas italianas, los chalets normados y los cottages ingleses.

Alberto Reborati y Ramón Bello

Alberto Reborati era genovés y avanzado estudiante de arquitectura. Comenzó a proyectar y dirigir sus propias viviendas hacia 1914. En esa época, no se exigía responsabilidad de un técnico universitario. Bastaba estar habilitado. Ramón Bello era constructor y el 22 de julio de 1921 se asocian en la empresa constructora “Bello y Reborati”. Tienen su mayor auge entre 1927-1931

En 1918 se construyó su estudio y oficinas administrativas en la calle San Fructuoso 1926, incorporados a la casa del Sr. Reborati. En 1929 se inauguraron las oficinas de la calle Cerrito 657.

La empresa brindaba a sus clientes la construcción integral de la vivienda. No había tercerizaciones. Disponían de talleres de carpintería, herrería, fabricación de ladrillos, tejas y materiales cerámicos. Contaba con artesanos y obreros italianos y ceramistas sevillanos que el mismo Reborati hizo venir especialmente de su lugar de origen. En 1934 la empresa contaba con 2000 personas. La fábrica de cerámicos (tejas, ladrillos, ticholos) se encontraba en Carlos a. López 340. Los talleres de carpintería se encontraban en Agraciada 2779. Tenían un depósito en la calle Rivera y Mc Eachen donde se fabricaban mosaicos, baldosas y se hacían los trabajos de herrería. Ofrecían garantía por defectos de fabricación por 10 años. También ofrecían suministrar los muebles y decorados. Producían una propaganda de venta muy convincente y entregaban croquis o presupuestos en 24-48 horas sin compromiso alguno.

En 1925 el gobierno comienza a exigir a las empresas constructoras que tengan un técnico responsable ingeniero o arquitecto. Desde ese año el arquitecto Carlos Molins firma como responsable en la empresa. Varios arquitectos e ingenieros trabajaron en la empresa pero esta información se perdió totalmente en 1974 en el incendio del edificio donde se guardaba la documentación existente.

En 1935 se tramita construcción de un barrio de 400 viviendas para personal militar, con financiación del BHU en Br. Artigas y Enrique Martinez. Por la estabilidad monetaria se fijaron los precios y en 1939 se inició la obra. Cae la guerra y se incrementa la inflación y la empresa se ve obligada a vender bienes para poder absorber los aumentos generados en los costos y cumplir con el precio comprometido. Esto dio lugar a la quiebra y disolución de la sociedad

La empresa no construía para vender posteriormente en el mercado inmobiliario. Trabajó siempre por encargo y no ofrecía planes de financiación propios. Ofrecían “planos tipo” adaptables al terreno y cuidaban los detalles de acuerdo a los requerimientos y aspiraciones sociales del cliente a través de los materiales, terminaciones, lenguaje de fachada etc. Esta modalidad innovadora le proporcionó un elevado número de clientes, de tal forma que debían quedar anotados en listas de espera.

Los terrenos ofrecidos en los remates públicos, tenían un ancho de frente entre 7 y 14 metros. La empresa adquiría preferentemente los de 10 a 12, para construir en ellos viviendas de 5 y 6 metros de frente o varios consecutivos, para conformar tiras de acuerdo a los “planos tipo”. Una vez realizado el contrato para construir 2 viviendas en el mismo terreno, se hacían los trámites correspondientes para la división catastral del solar y adjudicar a cada fracción un padrón propio. Desde el inicio de la operación hasta la inspección final de las obras, no transcurrían más de 12 meses.

Los “planos tipo” eran planos elaborados para construir viviendas por repetición, pero con la suficiente flexibilidad para ser adaptados no sólo a un dimensionado, sino también a requerimientos específicos del comitente. La idea de repetición configuró entonces, una propuesta de conformación del tejido urbano con las siguientes características: 1) Construir viviendas por repetición conformando tiras al borde de la manzana o siguiendo una línea de retiro reglamentario o voluntario. Como los predios eran angostos, se tendía a la ocupación máxima y a organizarla en varios niveles. 2) Tener en una vivienda de nivel medio, todos los requerimientos programáticos de las grandes residencias con los servicios en la parte inferior y las habitaciones en la superior. Esta distribución se aplicó también para viviendas en terrenos de esquina. Además, se incluye en el primer nivel un área destinada al garage ya que por 1925 la oferta de automóviles era muy alta y los comitentes compradores ya poseían auto o tenían expectativas de poseerlo.

Las viviendas han sido calificadas como “extrovertidas” por ser abiertas al frente público y a patios privados. Sin embargo, existió una intención de resguardar la vida familiar por lo que las visuales desde la calle son impedidas o tamizadas generalmente con la presencia de vitrales en sus ventanas. También las escaleras y porches dan la idea de la limitación entre lo público y lo privado. El patio del fondo que poseían algunas casas tenía la función de dar aire y luz a la vivienda. No existía una necesidad ni solicitud por parte de los comitentes, de casas con grandes patios para actividades al aire libre. Las actividades sociales y de recreación se daban en salas, salones, comedores y patios cubiertos, así como en plazas, veredas y parques.

Venta de una imagen

El segmento socio-económico que constituyó su clientela tenía la necesidad de que sus viviendas fueran un ámbito representativo de sus aspiraciones y forma de vida. Estos clientes tenían una imagen de ideal de la vivienda de veraneo europeo por lo que esas fueron sus aspiraciones y por eso Bello y Reborati recurrieron a la apropiación de elementos referentes a Europa y a los ya existentes en el medio. De esto se desprende la utilización de cornisas, aleros, frontones, ventaneos, balcones, logias, columnas, pilastras, frisos, decoraciones y revestimientos con distintas técnicas y variados lenguajes. El repertorio en general no es muy variado pero la riqueza radica en la sutileza de las leves transformaciones logradas.

Análisis de las fachadas

En general presentan una división tripartita del plano: un basamento de piedra, que con mayor o menor flexibilidad marca los accesos; un “cuerpo” revocado donde la disposición de los vanos, balcones y elementos decorativos, acentúan o rompen las fajas horizontales y un remate superior que en algunos casos marca la horizontalidad con un importante alero que cierra la composición, en tanto que en otras, el coronamiento del balcón y los pináculos la abren reforzando su verticalidad. Todas estas características determinan una composición abierta fuertemente caracterizada en sí misma, pero capaz de ser asociadas con otras formando series.

En los gráficos de los proyectos correspondientes a las fachadas, se muestra la disposición general de los elementos compositivos, la delimitación de las áreas a decorar, etc., pero no se acompañan con detalles de diseño. Esto se dejaba para ser resuelto y ejecutado por los artesanos, que repetían diseños y técnicas aprendidos en su lugar de origen, modificándolos según su propia inventiva, imaginación y destreza en su oficio.

Bibliografía

El caso Bello y Reborati 1921 – 1936
La actividad inmobiliaria y la expansión urbana de Montevideo
Yolanda Boronat / Marta R. Risso
Editorial Dos Puntos – 1996

Haciendo Casas
Crónica de la construcción privada en el Uruguay
Marcello Figueredo
Editor – Graciano Pascale - 1999

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Quisiera saber si el el Arquitecto Roberto Bello, tiene algo que ver con la firma Bello y Reboratti

Anónimo dijo...

Me intesa saber o conocer la biografía del Arquitecto Roberto Bello.Se agradece información en la dirección electronica fiorelli2002@hotmail.com

Anónimo dijo...

Soy Oscar Bello, hijo de Gerardo Bello sobrino de Ramón Bello. Con 93 años de edad vivo en Mercedes (Soriano) desde hace mas de 60 años. Mi padre, también llamado Gerardo Bello era el Capataz General de la empresa BELLO Y REBORATI (que tuvo hasta seis capataces). Mi padre y Ramón tenían casi la misma edad aunque eran sobrino y tío. Tengo una foto de los dos juntos. Mi abuelo Gerardo, el hermano de Ramón, murió al caer de un andamio en una obra de la empresa, en la que trabajaba, por lo que apenas lo conocí. De parte de mi padre que era muy allegado a su tío Ramón nunca escuché una palabra de descrédito hacia Alberto Reborati. Si bien con Ramón Bello tuve poco contacto pues también falleció siendo yo menor y a raíz de una enfermedad respiratoria que lo afectó luego de salir del ambiente templado por los hornos de la fábrica de ladrillos y otros materiales de construcción, que la empresa tenía en Manga, al frío de una noche de invierno, pude tenerlo con Reborati cuando trabajé en la empresa CUCE (Compañía Uruguaya de Conservación de Edificios) propiedad de Gonzalo Canessa, su yerno, cuyas oficinas estaban ubicadas en Tomás Diago 720 al igual que el estudio de Reborati. Esta cercanía me permitió intercambiar, además del saludo diario, alguna conversación con don Alberto. Mas contacto tuve con doña Rosita la señora de Ramón Bello que vivía a unos pocos metros en Tomás Diago y Solano Antuña, que era además la madrina de mi hermano Washington. En la misma dirección del estudio de Reborati y las oficinas de CUCE estaba la vivienda de un ex capataz de la empresa BELLO Y REBORATI de apellido Cruz, en la que éste vivía con su señora. Al fondo del predio estaban los depósitos de CUCE. En CUCE trabajé como ayudante en tareas contables de un jerarca del Banco de la República que me alentó a presentarme en un concurso para ingresar a esa institución en el interior del país. Así fue que en el año 1951 y luego de renunciar a CUCE ingresé al BROU en la ciudad en la que desde entonces vivo. La empresa BELLO Y REBORATI comenzó construyendo en el barrio de la Aguada donde hoy quedan casas como la ubicada en la esquina de San Martín y Martín García. Posteriormente instaló sus depósitos en la calle Espinillo a metros de la avenida Millán construyendo en el barrio Prado donde también quedan casas como la que está en la misma avenida y la costanera del arroyo Miguelete. Mas adelante en el tiempo construyó en los barrios Pocitos, a donde se trasladaron oficinas (otras oficinas estaban en la Ciudad Vieja en la que un incendio destruyó documentación) y Punta Carretas. Por último y antes de su cierre la empresa construyó en el barrió Jacinto Vera en un emprendimiento constituído por 120 viviendas para una cooperativa de integrantes del Ejército. La empresa manejó las alternativas de construir las 120 al mismo tiempo o en lotes de 20 viviendas optando por la primera con el endeudamiento que la misma implicaba. El emprendimiento se vió obstaculizado por dificultades de abastecimiento de materiales que se importaban de Europa lo que trajo otras dificultades de tipo financiero que llevaron al cierre de la empresa BELLO Y REBORATI aunque la misma honró todas sus deudas. Las obras fueron continuadas por otras empresas cumpliendo así el proyecto. La empresa BELLO Y REBORATI tuvo durante su actividad relaciones familiares y comerciales con otras empresas de ramos afines como la de herrería BELLO HNOS sita en la calle Jackson según recuerdo que fabricaba entre otras cosas cortinas metálicas y la de carpintería en madera ubicada en la calle San Martín. Quiero, con estos apuntes, aportar algunos recuerdos.