
Recorrimos cada sección de la casa mientras Dora y Marta nos contaban sus anécdotas de la infancia. Estas incluían las travesuras con sus hermanos y los cuentos del abuelo, lo que permitió a sus hijas, poder ver por primera vez el lugar donde realmente transcurrieron todas esas anécdotas que les contaron cuando eran chicas. Aquí vemos a Dora, Laura y Marta en el patio interior, donde comentaron entre otras cosas, la historia de los mosaicos y el piso existente.

Por suerte pudimos subir al mirador e imaginarnos lo que debió ser la vista allá por los años en que vivió la familia Reborati, ya que actualmente solamente se ven edificios y techos de casas. Aquí estamos todos en el mirador:


Nuevamente quiero agradecer a los actuales propietarios de esta vivienda no solamente por dejarnos entrar otra vez, sino por mantener la casa en perfecto estado, incluso habiendo restaurado muchos de los pisos y aberturas con sus propias manos y materiales muy similares a los originales.
Próximamente, más fotos del interior y más anécdotas
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